Nuestra misión
En 1965, de cara a la falta de presbíteros en numerosas zonas del mundo, el Concilio Vaticano II insistió en la dimensión misionera del sacerdocio:
El don espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación no los dispone para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación “hasta los extremos de la tierra” (Act., 1, 8) [...] Piensen, por tanto, los presbíteros que deben llevar en el corazón la solicitud de todas las iglesias. Para ello, pues, pueden establecerse útilmente algunos seminarios internacionales. (Decreto Presbyterorum ordinis sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, no10).
El 30 de Diciembre de 1988, durante la Eucaristía celebrada con el Camino neocatecumenal, el papa Juan Pablo II envió 72 familias en misión por el mundo entero, animándolos con estas palabras:
La familia está en misión, y esta misión es fundamental para cada pueblo, para la humanidad entera; es la misión del amor y de la Vida, es el testimonio del amor y de la Vida. Iglesia Santa de Dios, tú no puedes hacer tu misión, no puedes cumplir tu misión en el mundo, sino por la familia y su misión. ¡Familia en misión! ¡Trinidad en misión!
Desde entonces, numerosas familias han sido enviadas por el mundo por los sucesores de Pedro.
Los seminarios “Redemptoris Mater” nacieron de la necesidad de sacerdotes que pudiesen acompañar a estas familias en misión, como fruto del Concilio Vaticano II. En 1988, el primer seminario fue erigido en Roma. En la carta del Jueves Santo del año 1991, Juan Pablo II reconoce en los seminarios “Redemptoris Mater” la realización concreta del decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros:
Esta idea del Concilio Vaticano II ha encontrado una aplicación en los seminarios “Redemptoris Mater”, donde se preparan presbíteros para la nueva evangelización, según el programa del Camino neocatecumenal. Se puede decir igualmente que se trata de la aplicación de una nueva forma de ministerio: el misionero diocesano.
Hoy existen más de cien seminarios “Redemptoris Mater” en el mundo y más de 2000 presbíteros ordenados. Los seminarios “Redemptoris Mater” no son seminarios del Camino neocatecumenal. Conforme a sus estatutos y reglas de vida, son verdaderos seminarios diocesanos dependientes del Obispo. Los estudiantes reciben la misma formación teológica que los otros seminarios diocesanos. Realizan un año de pastoral en la parroquia como diáconos y dos años en la diócesis como párrocos, antes que el Obispo pueda enviarlos en misión. No obstante, si al Obispo le urge en su diócesis – por ejemplo una zona particularmente difícil – puede disponer de estos presbíteros, dado que fueron ordenados sin condiciones. Una de las características de los seminarios “Redemptoris Mater” es la internacionalidad: los candidatos al sacerdocio vienen del mundo entero. Esto hace concretamente visible la nueva realidad anunciada por el cristianismo, donde ya no hay ni judíos, ni griegos, ni blancos, ni negros, sino una nueva creación, un hombre celeste. Esto muestra la naturaleza misma de estos seminarios que preparan a los evangelizadores por el mundo entero, dispuestos a ir hasta los confines más remotos de la tierra.
Otra particularidad es la unión de la formación sacerdotal con un itinerario de iniciación a la vida cristiana, tal y como se efectúa en el Camino neocatecumenal. Los presbíteros son ante todo bautizados y, por ende, necesitan un camino de fe para llegar a ser cristianos adultos. La experiencia muestra que este camino, vivido en una pequeña comunidad, constituye una gran ayuda para la maduración psicológica, afectiva y humana de los candidatos al sacerdocio.